¿Sabías que tu dolor de hombro podría venir… del pie?
¡Sí, has leído bien! A veces, el origen de un dolor en el hombro no está donde pensamos. En fisioterapia, descubrimos una y otra vez que el cuerpo funciona como una cadena: un eslabón débil puede afectar a zonas que, en apariencia, no tienen relación.
Hoy te explicamos por qué un problema en el pie puede ser el culpable de ese molesto dolor de hombro y qué puedes hacer al respecto.
El cuerpo es una cadena: cómo el pie afecta al hombro
Imagina tu cuerpo como un dominó: si una pieza se mueve mal, las demás acaban compensando. Así funciona la cadena cinética:
- Un mal apoyo del pie (por ejemplo, por un esguince mal curado, pies planos o disfunción en la pisada) altera la biomecánica al caminar.
- Esto puede provocar torsiones en la tibia y el fémur, afectando a la cadera.
- La pelvis se descompensa, generando tensiones en la columna lumbar y dorsal.
- Finalmente, la columna cervical y el hombro intentan adaptarse… y aparecen las molestias.
Resultado: Un hombro que duele «sin razón aparente», pero cuyo origen está en cómo pisas.
Señales de que tu dolor de hombro viene «de abajo»
No siempre es fácil identificarlo, pero hay pistas:
- Dolor que no mejora con tratamiento local en el hombro.
- Problemas previos en tobillo, rodilla o cadera.
- Notas que caminas «raro» o tienes un calzado muy desgastado por un lado.
- Te duele más al caminar o estar de pie mucho tiempo.
¿Qué hacer? Soluciones desde la fisioterapia
Un buen fisioterapeuta no solo mirará tu hombro, sino todo tu cuerpo. Algunos enfoques clave:
- Valoración global: Analizar tu postura, marcha y posibles compensaciones.
- Plantillas o trabajo de pisada: Si el problema está en el pie, a veces se necesitan soportes o ejercicios de reprogramación.
- Liberar tensiones ascendentes: Trabajar la movilidad de cadera, columna y cintura escapular.
- Ejercicios de reequilibrio: Fortalecer y estirar la cadena muscular afectada.
Conclusión: El cuerpo no es una suma de partes
En fisioterapia, cada dolor cuenta una historia. Si tu hombro no mejora, quizá la respuesta esté en tus pies. No subestimes las conexiones ocultas de tu cuerpo: una evaluación integral puede ser la clave para solucionar ese dolor persistente.
¿Te ha pasado? ¡Cuéntanos tu experiencia! Y si crees que este podría ser tu caso, no dudes en consultar a un profesional.
¿Necesitas ayuda? En Physiom Center evaluamos de forma global para encontrar el origen real de tu dolor. ¡Escríbenos!